lunes, 28 de mayo de 2012

Una experiencia inolvidable y preciosa


Una experiencia inolvidable y preciosa, así es como he querido titular esta nueva entrada. Si bien es cierto que la profesión de maestro es muy gratificante, no sólo por lo que uno aporta, sino por todo lo que aprende y recibe a cambio de ella. Debo reconocer que esta no ha sido una excepción, ha resultado para mí una gran vivencia, y quizá por ser la primera, hace que me encuentre especialmente emocionado y que me encuentre convencido de que jamás la olvidaré.

Emocionado por todo lo que conlleva. Mi primera independencia, mi primera experiencia profesional docente. Todo ello en un sitio nuevo, lejos de casa y mi entorno, pero que gracias a l@s compis, a mis amig@s, a la gente que he conocido y a l@s alumn@s ha sido impresionante.

Si bien es cierto que los inicios nunca son fáciles, reconozco que en este caso tampoco ha sido una excepción. Recién salido del hospital debido a mi debut diabético, teniendo que encontrar piso en cuestión de horas, sin saber qué me iba a encontrar en el nuevo colegio... Teniendo que integrarme en un claustro nuevo de compañer@s, adaptándome a un método de trabajo heredado por la anterior profesora y buscando el modo de dar unas clases que fueran entretenidas, dinámicas, interesantes y a la vez útiles para el alumnado.

Sin embargo, todo ha sido excepcional. En primer lugar conseguí encontrar piso con relativa facilidad, con un aire al de cuéntame: con su papel pintado, sus figuritas de  porcelana, con sus azulejos sobrecargados de colores, sin lámparas y un baño minúsculo… Pero un sitio en el que he estado muy a gusto. ¿Qué era cutre? Sí, pero era mi casa, mi hogar, con el fiel Wilson esperando impaciente a que llegara del cole para ir a dar una vuelta y desfogarse ladrando al viento. Con mis quehaceres diarios, mi musiquita, mis fotos, mi guitarra… Una situación nueva para mí en la que todo dependía de mí, y que ahora echando la vista atrás, creo que puedo sentirme orgulloso de ella.

Por su parte, en el colegio me he sentido muy a gusto también, gracias en gran parte a tod@s l@s compañer@s, cada cual a su estilo marcado por su personalidad, pero siempre con “buen rollo” y cercanía. Lo cual hace que me lleve un gran recuerdo de tod@s ell@s. Y la seguridad de que seguiremos en contacto y nos volveremos a ver más pronto que tarde.

Por parte del alumnado, que desde el primer día hemos conseguido entendernos muy bien y divertirnos mucho en las clases. Hemos reído, hemos aprendido, hemos trabajado, incluso en alguna contada ocasión, nos hemos enfadado;  y yo personalmente, he disfrutado muchísimo, por ello resalto que la satisfacción profesional que he sentido no hay modo de pagarla con dinero. 
Y es que somos personas, seres con emociones, con miedos, con inquietudes, con infinitas virtudes y un puñado de defectos, lo cual nos ayuda a crecer, a luchar y a seguir creyendo en que los seres humanos somos buenos por naturaleza.
Digo esto porque las emociones están muy devaluadas hoy en día. Pero ¿existe algo que nos conmueva más que éstas? Evidentemente no, ni el dinero, ni el prestigio, ni las cosas materiales… Sino aquello que sentimos es lo que nos hace emocionarnos, alegrarnos, reír, llorar, disfrutar, en definitiva, sentirnos a gusto, felices y satisfechos con nosotros mismos… Y en una sociedad en la que mucha gente intenta ocultarlas, intenta evitar hablar de ellas y se tienden a dejar en un segundo plano, creo que es fundamental mantener el sentido de la vida y ser muy consciente de que son esas emociones las únicas que nos ayudan a ser felices en la vida. De ahí que me parezca imprescindible trabajar la “inteligencia emocional” en la escuela, pero este es otro debate que algún día retomaré.

Profesionalmente, reitero que ha sido una experiencia maravillosa. Y es que, a pesar de todo lo que me queda por aprender y por mejorar como “profe” (que soy consciente que es muchísimo), sé que la honestidad es uno de los valores que intento seguir y que considero más importantes, intentar hacer lo mejor posible todo lo que nos propongamos (desde limpiar la cocina a estudiar un idioma), intentar aprender de l@s compañer@s y personas de nuestro alrededor que pueden enriquecernos muchísimo, buscar siempre la auto-superación y la ambición de querer mejorar y aportar el máximo posible a nuestro entorno... Son aspectos fundamentales, los cuales cada cual persigue a su manera, por ejemplo yo intento hacerlo gracias a la autocrítica, al aprendizaje diario a lo largo de la vida, al espíritu de superación y a la no acomodación, sino a la rebeldía (en el sentido desafiante de la palabra) por mejorar e inquietud por crecer paso a paso. Todo ello acompañado por supuesto por una ruptura de barreras y una lucha constante para reivindicar la justicia y las ganas de trabajar diariamente para que exista un cambio de actitud de toda la sociedad.

Por todo ello, me quedo con un gran recuerdo de toda la gente que he conocido, con la experiencia docente (que aunque breve) he adquirido, las ganas de seguir luchando para que la sociedad mejore día a día desde mi pequeña parcela de terreno. Y con la emoción de observar que hay profesores fascinantes, cada cual con su estilo, con sus dinámicas, pero que luchan para que la sociedad crezca y luchan para formar personas críticas, con cultura, con inquietudes y con ganas de prosperar en la vida al margen de sus dificultades personales, que todos hemos tenido, tenemos y tendremos, pero que no deben cortarnos las alas para seguir soñando con un mundo mejor y luchando para que así sea.

Además, no debo olvidar y por ello así lo reflejo, todo el cariño que me han transmitido mis amig@s, algunos de ellos dispersos por diversos lugares de la geografía nacional y mundial, pero que han hecho que esa independencia fuera más sencilla y que la soledad inicial fuera menos complicada. Uno no sabe lo que tiene hasta que lo echa en falta (cambiando un poco el refrán), y así ha sido, reconozco que tengo un grupo de amig@s maravilloso y que ahora, más que nunca, soy consciente de todo lo que les quiero y les necesito en mi vida. 


Sin más dilatación, simplemente quiero agradecer desde este pequeño espacio, a tod@s mis amig@s, a la gente que he conocido, a los cuales, algún@s de ell@s casi puedo llamarles así, y a l@s que simplemente fueron compis de trabajo, esta bonita experiencia que quedará para el recuerdo y que ha servido como punto de inflexión en mi inicio de la carrera profesional.
La foto que adjunto es la celebración de uno de mis 2 goles del domingo 27 de Mayo que ayudaron a conseguir el subcampeonato local de 2ª División de la liga de Alovera . Con una dedicatoria especial a mis alumn@s de 5º del CEIP Miguel Servet de Fraga, en la provincia de Huesca. Dedicatoria que prometí hacerles ya que me prepararon una despedida emotiva, cariñosa y sincera llena de sorpresas y regalos. Pero sólo quiero recordar que el mejor regalo ha sido tenerles como tal y que me han aportado muchísimo más de lo que seguramente ell@s puedan llegar a pensar.